jueves, 31 de enero de 2008

INTRODUCCIÓN



Esparta y Atenas, las dos polis más importantes de Grecia, se enfrentaron en una lucha que mantuvo durante años a todo el territorio heleno en jaque. Una lucha fraticida que fue la causante del desplome de un imperio extraordinariamente rico en pensamiento, política, arte y ciencia.

La historia griega se caracterizó, desde el principio, por el carácter particularista de sus ciudades, capaces de convivir a través de pactos y convenciones, plasmadas en instituciones panhelénicas, pero enfrentadas de manera constante en luchas por los territorios limítrofes o por el control de poblaciones más lejanas y de los accesos a minerales o a territorios productores de bienes atractivos, por necesidad o por la búsqueda del prestigio de las clases dominantes. La unidad nunca ha sido real. Todo lo más, circunstancialmente se ha definido un enemigo común capaz de aglutinar las fuerzas de más o menos ciudades, como en el caso de los persas, ante los que la unidad fue más una imagen creada que un hecho real.

Confederaciones y ligas representan unidades enfrentadas a otra parte del mundo griego, integradas, por lo demás, de manera hegemónica. La Liga del Peloponeso se aglutina en torno a Esparta como la de Delos lo hace en torno a Atenas, aunque la naturaleza de sus relaciones internas sea diferente. De hecho, la polis, a partir de un momento específico de su desarrollo, cuando ha accedido a los mercados de intercambio de productos y de mano de obra servil, sólo subsiste en constante crecimiento, lo que la lleva a supeditar a otras y a enfrentarse con los vecinos. Ahí se halla la contradicción de la polis, en que sólo subsiste cuando, de algún modo, deja de serlo. La ciudad ideal platónica, no imperialista, sólo existe en el mundo de la utopía.

El siglo que transcurre entre el inicio de la guerra del Peloponeso y la intervención macedónica en Grecia es por ello el siglo de las luchas por la hegemonía, lo que, al ser consecuencia de la evolución de la polis, informa también la historia interna de la misma en una faceta determinada, la que suele conocerse como crisis de la polis. Luchas por la hegemonía y crisis de la polis son, por tanto, dos caras de una misma moneda, de una sola historia.

A través de este trabajo, queremos acercarnos a una de las guerras más importantes de este momento de la historia así como comentar las batallas más relevantes.

GUERRA DEL PELOPONESO




ASPECTOS GENERALES

FECHA
431-404 a.C.

LUGAR
Grecia continental, Asia Menor, Sicilia

RESULTADO
Victoria espartana

CAMBIOS TERRITORIALES
Disolución de la Liga de Delos

BELIGERANTES
Liga de Delos comandada por Atenas
Liga del Peloponeso comandada por Esparta

COMANDANTES
Atenas: Pericles, Cleón, Nicias, Alcibiades
Esparta: Arquidemo II, Brásidas, Lisandro, Alcibiades


Tebas, aliada de Esparta, atacó Platea, aliada de Atenas. El conflicto real es entre Atenas, que con su flota dominaba el mar, y Esparta, que dominaba con su falange el campo de batalla en tierra, por el dominio total sobre la península griega y sus colonias.Una peste debilitó a Atenas, muriendo el propio Pericles y parte importante de la población en el 429 a.C, lo que aprovecharon los espartanos para arrasar las tierras del Ática, aunque no pudieron tomar Atenas.

En el 424 a.C. el espartano Brásidas toma la ciudad de Anfípolis, que dominaba en Tracia, al norte de la península, la ruta terrestre desde Grecia hasta las colonias en la costa de la actual Turquía. Atenas envía un ejército bajo el mando de Cleón para liberar Anfípolis y es derrotado ante la ciudad, muriendo Cleón y Brásidas. Atenas se ve obligada así a firmar una paz en el 421 a.C. que, teóricamente, preveía la restitución de los territorios conquistados por ambos bandos, pero en la práctica los aliados de Esparta se negaron a la restitución.

Atenas intentó atraerse a las colonias griegas en el Mediterráneo occidental y envió en el 415 a.C. una flota y un ejército a Sicilia para obligar a Siracusa, aliada de Esparta, a frenar sus aspiraciones sobre Segesta, aliada de Atenas.La flota y el ejército fueron destruidos totalmente en el 413 a.C. y Esparta volvió a atacar el Ática, ocupando Decelia.

Comenzaron las defecciones en la liga ateniense y las colonias del Egeo se emanciparon de Atenas. Persia vio bien la pérdida del poder de Atenas, que había ocupado varias ciudades persas en Anatolia años antes y empezó a ayudar con dinero a la Liga del Peloponeso para contratar mercenarios y comprar suministros. Atenas vio perdido el abastecimiento de alimentos desde las colonias del Egeo y Egipto. Un grupo de la oligarquía ateniense conocido por los Cuatrocientos, apoyados por Esparta, aprovechó para tomar el poder en el 411 a.C.

Alcibíades, un estratega expulsado de Atenas años antes, durante los incidentes en las colonias del Mediterráneo occidental, se proclamó defensor de la democracia ateniense, se hizo con el control de la flota ateniense en la isla de Samos y derrotó a dos flotas espartanas, reconquistando varias colonias y restableciendo el comercio del Egeo con Atenas, en la que entró triunfalmente, restableciendo la democracia, en el 407 a.C.

Pero Atenas, que estaba agotada por la guerra, volvió a ser derrotada en tierra y su flota totalmente destruida en la batalla de Egospótamos en el 405 a.C. Esparta sitió Atenas y en el 404 a.C. la ciudad capituló.

Esparta impuso en todas las ciudades de la Liga de Delos el gobierno oligárquico y eliminó la democracia. En Atenas se impone el "gobierno de los Treinta Tiranos", pero pronto se hicieron insoportables, ya que confiscaban bienes de los atenienses más ricos y mataban a todo hombre culto que surgiera. En Tebas, un grupo de atenienses refugiados fueron a liberar su ciudad de los treinta tiranos, liderados por Trasíbulo y expulsaron a los tiranos, restableciendo el antiguo gobierno demócrata.

CAUSAS DE LA GUERRA

Existen diversas causas por las cuales se dio esta guerra y Tucídides es uno de los primeros en tratarlas.

1. Dualismo entre Esparta y Atenas.
Entre las causas de la guerra del Peloponeso figura indudablemente el dualismo entre Esparta y Atenas. La manera en que las dos grandes potencias de Grecia ejercieron la hegemonía era diferente. En efecto, mientras Atenas mantuvo a la conferencia de Delos bajo su estricta dependencia, Esparta, en cambio, dejó a los miembros de la Liga del Peloponeso una amplia libertad interna.

2. Democracia.
También los peloponesios consideraban como amenaza el hecho de que la idea democrática, partiendo de Atenas, irradiara una fuerza de propaganda cada vez mayor, a la que incluso los estados peloponesios sólo lograban sustraerse con dificultad.

3. Oposición entre Atenas y Corinto en el mar Adriático y en el mar Egeo.
Es fundamental la oposición irreductible entre Atenas y Corinto, la reina del istmo, cuyos intereses chocaron en dos lugares: en el mar Adriático, y en Potidea, en la Calcídica.Corinto debió ver la expansión del comercio occidental ateniense con preocupación, y hubo de celebrar con alivio el hecho de la colonia de Turios rompiera los lazos que la ligaban a Atenas y se aliara con la colonia espartana de Tarento.La ocasión de la guerra la proporcionaron ciertas dificultades que habían surgido entre Corinto y sus colonias en el Adriático. Hay que saber que desde la época de los tiranos Corinto había creado un extenso imperio colonial.


En la colonia corintia y corcirense de Epidamno se había llegado a disensiones internas, y los demócratas pidieron la ayuda de Corinto, que ocupó Epidamno con una guarnición (435 a.C.). Sin embargo los oligarcas no se dieron por vencidos y consiguieron el apoyo de la isla de Corcira, cuya flota asedió Epidamno. Corinto con cierto número de ciudades aliadas, se enfrentó a los corcirenses por mar, pero el enfrentamiento terminó con la derrota de Corinto frente al promontorio de Leucimna (en Corcira). El mismo día firmó Epidamno una capitulación con Corcira.

Con todo, este éxito de Corcira no lograba disimular el hecho de que, a causa de las fuerzas superiores de Corinto, la situación de la isla seguía siendo muy difícil.Por consiguiente, los corcirenses establecieron relaciones con Atenas, llegándose a la formación de una llamada epimachia (alianza defensiva). En ésta se comprometía Atenas a una ayuda parcial.

En efecto, si querían respetarse las estipulaciones de la paz de los treinta años, del 446-445 a.C., habría sido imposible para los atenienses concertar con Corcira una verdadera alianza ofensiva y defensiva. Según la concepción griega, en cambio, estaba perfectamente permitido ayudar a un tercero sin tener en cuenta los tratados existentes y sin encontrarse en estado de guerra, por ello, con los firmantes originales de éstos. Los atenienses procedieron, pues, con mucha cautela y evitaron enojar a los peloponesios.

A continuación, Atenas envió a Corcira sólo una pequeña escuadra de diez naves. Es obvio que esta ayuda apenas alteraba la posición de las fuerzas, pero revelaba que Atenas estaba dispuesta a cumplir su tratado con los corcirenses. Junto a las islas Síbota estaban enfrentadas las flotas de los corintios y los corcirenses, los primeros de los cuales tenían superioridad numérica (150 barcos contra 110). Cuando estaban a punto de conseguir la victoria en la batalla naval (batalla de Síbota), intervinieron los atenienses, reforzados entre tanto hasta 30 naves, y arrebataron a los corintios un triunfo que creían tener ya en las manos (433 a.C.).No ha de considerarse casual que en el invierno siguiente (433-432 a.C.), Atenas renovara sus anteriores tratados con Regio y Leontino.

Igual que en el Adriático, también chocaban los intereses atenienses y corintios en el norte del mar Egeo. La ciudad de Potidea, fundación del tirano Periandro de Corinto, era miembro de la confederación de Delos, pero había mantenido siempre las relaciones con su metrópolis, y Corinto seguía mandando a su magistrado supremo, el epidamiurgo.

Atenas comenzó a desconfiar y pidió a Potidea que derribara la muralla de la ciudad del lado del mar y que en adelante no siguiera aceptando los epidamiurgos corintios.

Potidea halló apoyo en el rey de los antiguos macedonios, Pérdicas II y, después que se hubo asegurado el concurso de Esparta, proclamó, juntamente con una serie de comunidades tracias y calcídicas, su retirada de la confederación de Delos (432 a.C.). Los corintios enviaron a Potidea una fuerza auxiliar, mientras los atenienses empezaban a sitiar la ciudad por tierra y mar.

El responsable de la política atenienses era Pericles, y no es casual que justo antes del inicio de la guerra se iniciara una serie de procesos contra sus partidarios, incluida Aspasia. Dejando de lado el hecho de que el inicio en el tiempo de estas acusaciones (procesos contra Anaxágoras y contra Fidias) no consta con seguridad la absolución de Aspasia, a quien se había acusado de impiedad y lenocinio, muestra con todo, que la posición de Pericles se mantenía incólume. Estos hechos no tuvieron, pues, repercusión alguna sobre la política exterior.

La situación es distinta en lo que se refiere la llamado psephisma («decreto») o Decreto Megarense, solicitado por Pericles en 432 adC, que decretó sobre la ciudad de Megara en el istmo de Corinto, un severo bloqueo mercantil y le cerró por completo el acceso a los mercados de Atenas y de sus aliados de la confederación de Delos. Se utilizaron como justificación algunos incidentes fronterizos, cuya importancia fue muy exagerada por Pericles. Detrás de este agresivo procedimiento contra Megara se hallaba el resentimiento de Atenas contra la ciudad vecina, cuyos caminos se habían separado de ella en el 446-445 a.C. y había vuelto a ser, desde entonces, un miembro activo de la Liga del Peloponeso.

Fue Corinto la que ahora empujó a la guerra. A solicitud de los corintios y los megarenses decretó la apella, la asamblea de los ciudadanos espartanos de pleno derecho, que Atenas había violado los tratados de la paz de treinta años. También el congreso de los miembros de la Liga del Peloponeso se decidió por una gran mayoría en favor de la guerra (432 a.C.).

Por lo demás, también Delfos se puso del lado de los peloponesios: no sólo animó a los espartanos a la guerra, sino que incluso les dejó entrever con seguridad la victoria y el concurso del dios Apolo.

Con todo, la guerra sólo estalló en la primavera siguiente (431 a.C.). El tiempo intermedio fue aprovechado por ambos lados, pero especialmente por los espartanos, para efectuar negociaciones: éstas tenían por objeto demostrar la culpabilidad del adversario. Por lo demás dichas negociaciones constituyen un ejemplo categórico del hecho de que ya entonces se tenía en cuenta en Grecia la opinión pública internacional. En la que dio como resultado, que los espartanos liberaran a las otras poli, del aprovechamiento de Atenas sobre ellos por tener el poder del Tratado de Delos.

PRELIMINARES DE LA GUERRA

La primera exigencia de Esparta consistió en pedir la expulsión de los descendientes de los individuos que habían participado en el asesinato sacrílego de Cilón. Con esto se apuntaba en primer lugar a Pericles, pues descendía por línea materna de los Alcmeónidas, quienes en su día habían atraído sobre sí, por violación del derecho de asilo, la maldición. Atenas presentó contrademandas: pidió a los espartanos que eliminaran la maldición que pesaba sobre ellos por la matanza de hilotas que había tenido lugar en el santuario de Poseidón de Tenaro y a causa de la muerte de Pausanias en el templo de Atenea Calcieco.

A estas peticiones de carácter religioso no tardaron en seguir las de carácter político. Así, por ejemplo, pidieron los lacedemonios que Atenas suspendiera el ataque contra Potidea, devolviera la libertad a Egina, anulara el decreto contra Megara y garantizara la autonomía de los griegos.

A continuación, según Tucídides (II, 40) declaró a los lacedemonios como agresores y violadores de la paz, pues vulneraban las estipulaciones del tratado del 446-445 a.C., según las cuales, en caso de divergencia, había que recurrir al arbitraje.

Pericles no quiso la guerra, pero tampoco se arredró ante ella cuando se vio claramente que la paz sólo podía mantenerse al precio de la humillación de Atenas. El culpable fue Corinto que arrastró consigo a los lacedemonios, que se resistían, y encendió así la antorcha de una guerra que había de iniciar la decadencia político-militar del helenismo.

Lo que estaba en juego en esta guerra era:

- Para Atenas el predominio en el Egeo, la hegemonía sobre la confederación de Delos y una continuada expansión de su economía y su comercio.

- Esparta y los peloponesios afirmaban, por su parte, que desenvainaban la espada por la libertad de los mares y por la autonomía de las polis griegas, que se habrían visto restringidas por los abusos de Atenas.


DESARROLLO DE LA GUERRA DEL PELOPONESO

A continuación mencionaremos el desarrollo de los acontecimientos que ocurrieron durante la guerra del Peloponeso:

431 a.C. - Invasión del Ática por los espartanos

430 a.C. - Peste en Atenas

429 a.C. - Ataques a Platea y Salamina por los espartanos- Batalla de Naupacto (victoria ateniense).

425 a.C. - Batalla de Pilos (victoria ateniense)- Batalla de Esfacteria (victoria ateniense)- Ataque de Corinto por los atenienses

424 a.C. - Batalla de Delio (entre atenienses y beocios, con victoria para los beocios)-Toma de Anfípolis por Esparta

422 a.C. -Batalla de Anfípolis (victoria espartana)

421 a.C. -Paz de Nicias

417 a.C. -Ruptura de la paz de Nicias

416 a.C. -Expedición de los atenienses contra Melos

415 a.C. -Invasión de Sicilia por Atenas-Primera batalla de Siracusa (victoria parcial ateniense)

413 a.C. -Segunda batalla de Siracusa (derrota ateniense)

412 a.C. -Alianza entre Persia y Esparta

411 a.C. -Luchas políticas internas en Atenas: gobierno de los Cuatrocientos

410 a.C. -Batalla de Abidos (victoria ateniense)-Batalla de Cícico (victoria ateniense)

406 a.C. -Batalla de Notio (victoria espartana)

405 a.C. -Batalla de Egospótamos (victoria espartana)

404 a.C. -Rendición de Atenas

BATALLAS DE LA GUERRA DEL PELOPONESO

A continuación vamos a comentar las batallas y acontecimientos más importantes de esta guerra. De esta forma, veremos:

- Batalla de Naupacto, 429 a.C.

- Batalla de Pilos, 425 a.C.

- Batalla de Esfacteria, 425 a.C.

- Batalla de Delio, 424 a.C.

- Batalla de Anfipolis, 422 a.C.

- Paz de Nicias 421a.C.

- Batalla de Abidos, 410 a.C.

- Batalla de Cícico, 410 a.C.

- Batalla de Notio, 406, a.C.

- Batalla de Egospótamos, 405 a.C.

BATALLA DE NEUPACTO (429 a.C.)

El general de la batalla fue Formión y con 20 trirremes, tomó Naupacto donde estableció su base con lo que logro bloquear las navegaciones corintias. Al mismo tiempo en Esparta se preparaba una gran flota para destruir a los aliados atenienses además de capturar las isla de Zante, Cefalonia y Naupacto.

Formión y su pequeña fuerza triunfaron sobre una gran flota peloponesia de 77 barcos. Se dirigió a las estrechas aguas del golfo de Corinto para proteger a Naupacto, pero 11 barcos atenienses que eran perseguidos fueron capaces de dar la vuelta y derrotar a la superior fuerza que se les oponía. Esta victoria preservó la supremacía naval ateniense en el golfo y terminó con los intentos desafiantes de los peloponesios durante este periodo de la guerra

BATALLA DE PILOS

Fecha
425 a.C.

Lugar
Pilos (Grecia)

Resultado
Victoria ateniense

Beligerantes y comandantes
Atenas (Demóstenes)
Esparta (Trasimélidas yBrásidas)

Fuerzas de combate
Atenas: 50 barcos y varios centenares de soldados
Esparta: 60 naves y tropas desconocidas

Bajas
Atenas: desconocidas
Esparta: desconocidas


CONTEXTO

En la primavera de 425 a.C., Esparta ayudó a Mesina a rebelarse contra Atenas. En la misma época, los espartanos invadieron el Ática dirigidos por el rey Agis. Los atenienses enviaron 40 naves a Sicilia bajo el mando de Eurimedonte y Sófocles, con la orden de restablecer la democracia en Corcira (Corfú). Esparta había invadido la ciudad con 60 barcos. Demóstenes que la había ganado poco tiempo antes la batalla de Olpae, pudo embarcar a bordo de una de los naves. Una tempestad obligó la flota a refugiarse en Pilos, un excelente puerto natural de la costa del Peloponeso a unos 70 Km. de Esparta, lo que retrasó el viaje a Corfú. Esto favoreció a Demóstenes que quería reforzar las fortificaciones de Pilos, poner el pie en el Peloponeso y alentar una rebelión de los hilotas. Las fortificaciones fueron acabadas en seis días y Demóstenes se quedó en la isla con cinco barcos mientras que la flota continuó su misión hacia Corcira y Sicilia.

Cuando Esparta supo que Atenas había tomado Pilos, retiró su ejército del Ática. Los espartanos marcharon sobre Pilos y llamaron a su flota de sesenta barcos para que se dirigiera hacia Pilos. Demóstenes anticipó las acciones espartanas y envió dos de sus barcos a llamar a la flota ateniense. El puerto de Pilos estaba en una gran bahía cuya entrada estaba casi completamente bloqueada por la isla de Esfacteria: no existía más que un paso estrecho por cada lado de la isla para entrar en la bahía.

DESARROLLO DE LA BATALLA

Cuarenta y tres barcos espartanos, mandados por Trasimélidas y Brásidas, intentaron organizar un desembarco pero las tropas atenienses ocupan sus posiciones, ayudados por la costa rocosa. Brásidas fue herido, y las tropas espartanas, incapaces de desmantelar las fortificaciones de la playa, fueron rechazados por las tropas atenienses. Los espartanos atacaron el fuerte tres días más tarde, y comenzaron a recoger madera para construir ingenios de asedio después de haber fracasado en tomar los muros.

El tercer día, el resto de la flota ateniense volvió. Habiendo sido reforzada por diez barcos, contaba con 50 naves. Los espartanos no habían bloqueado las entradas de la rada y se preparaban para enfrentarse a la flota ateniense. Pensaban que la estrechez de la bahía compensaría las mayores cualidades marinas de los atenienses. La flota ateniense entabló el combate y destruyó las naves espartanas. Los hoplitas de Esfacteria estaban aún totalmente aislados. Las naves atenienses establecieron una vigilancia cercana a Esfacteria para impedir huir a los espartanos.

CONSECUENCIAS

Los espartanos, incapaces de organizar una expedición de socorro para sus tropas, pidieron un armisticio y enviaron embajadores a Atenas a fin de negociar el regreso de la guarnición de la isla. Los atenienses permanecieron 72 días en Pilos, periodo durante el cual los embajadores fracasaron en conseguir la paz. Los atenienses invadieron finalmente Esfacteria y capturaron la guarnición.

BATALLA DE ESFACTERIA

Es una etapa importante de la historia militar, dado que una tropa de infantería ligera venció a una falange de hoplitas.


Fecha
425 a.C.

Lugar
Isla de Esfacteria en el mar Jónico

Resultado
Victoria ateniense

Beligerantes y comandantes
Atenas (Demóstenes yCleón)
Esparta (Epitadas † y Estfifón)

Fuerzas de combate
Atenas: 800 hoplitas atenienses, 200 hoplitas mesenios, 800 arqueros, 800 peltastas, de 5.000 a 7.000 remeros de la flota y 70 trirremes
Esparta: 420 hoplitas espartanos y 560 hilotas

Bajas
Atenas: menos de 50
Esparta: 128 muertos y 292 prisioneros

LOS DESEMBARCOS

La flota ateniense iba hacia la asediada Corcira pero debió refugiarse en el golfo de Pilos tras una tempestad. El estratega Demóstenes mantuvo con él cinco trirremes atenienses, más dos que llegaron de su aliado Naupacto. Ante la amenaza sobre el territorio mesenio, Esparta atacó Pilos sin éxito; después ocupó el islote de Esfacteria.

Durante ese tiempo, la flota ateniense logró liberar Corcira de la influencia espartana, y regresó para ayudar a Demóstenes. 420 hoplitas lacedemonios, alrededor de cuya mitad eran ciudadanos espartanos, se encontraron cercados en el islote.

EL ASEDIO

Las negociaciones entre Esparta y Atenas empezaron. Para obtener el derecho de aprovisionar a la tropa de Esfacteria, Esparta debía entregar 60 trirremes. El demagogo Cleón hizo encallar las negociaciones reclamando además los puertos de Megara y Trecén, así como Acaya. Los espartanos no aceptaron las condiciones de Atenas y llegaron a abastecer a Esfacteria con la ayuda de nadadores.

Cleón, desafiado por sus conciudadanos a lograr la victoria, se unió a Demóstenes. Llevando con él un contingente de peltastas y de arqueros, Cleón se jactó de lograr la victoria en veinte días.

LA BATALLA

Los atenienses desembarcaron antes del alba, empujaron los puestos avanzados espartanos y progresaron en la isla. El grueso de las fuerzas espartanas avanzó hacia los atenienses.

Los hoplitas espartanos no podían entablar batalla contra los hoplitas atenienses por temor a que los peltastas enemigos atacaran sus flancos y sus retaguardias. Los peltastes que no cargaban ni armadura ni pesados escudos esquivaban fácilmente la carga de los hoplitas espartanos. Éstos eran hostigados sin descanso, bajo una lluvia de proyectiles de honda, de flechas y de jabalinas, todos estos proyectiles lanzados desde menos de 50 metros. Su comandante, Epitadas, fue muerto; su segundo, Estifón, fue herido.

Los espartanos se retiraron a su puesto avanzado, en un fuerte en ruinas. Un comandante mesenio condujo a sus tropas a lo largo de la arista de un acantilado y desembocó en la retaguardia de los espartanos. Cercados, agotados, los espartanos capitularon. 292 hoplitas fueron hechos prisioneros de los cuales 120 eran ciudadanos. Los atenienses perdieron alrededor de 50 hombres.

Los acontecimientos de Esfacteria provocaron una gran conmoción en Grecia: por primera vez, los espartanos preferían entregarse antes que morir. Una grave crisis sacudió la ciudad, desmoralizada, y condujo a la matanza de 20.000 hilotas. La presencia de un puesto ateniense en Pilos ponía en peligro el conjunto del territorio mesenio, inmovilizando así una guarnición lacedemonia en la región.

Por fin, Atenas amenazó con matar a los prisioneros de Esfacteria si los espartanos no suspendían sus invasiones anuales del Ática.
Los ciudadanos espartanos que habían capitulado fueron desterrados de Esparta y fueron expoliados todos sus bienes.

La batalla demostró de manera brillante el valor de las tropas ligeras, pues los espartanos fueron vencidos sin que las tropas de hoplitas entraran en combate.
El tiempo en que los lacedemonios estuvieron asediados en la isla, desde la batalla de Pilos hasta la librada en Esfacteria, fue de 72 días en total. La expedición había partido a comienzos de mayo y los combates en Pilos se había iniciado hacia el 25-30 de mayo. La victoria final en Esfacteria tuvo lugar hacia el 10 de agosto del 425 a.C.

BATALLA DE DELIO


Fecha
finales del 424 a.C.

Lugar
Delio, Beocia, Grecia Antigua

Resultado
victoria beocia

Beligerantes y comandantes
Atenas (Hipócrates †)
Beocios (Pagondas)

Fuerzas de combate
Atenas: 7.000 hoplitasunos 1.000 jinetestropas ligeras: muy reducidas
Beocia: 7.000 hoplitas1.000 jinetes10.000 combatientes ligeros500 peltastas

Bajas
Atenas: 1.000 hoplitas
Esparta: 500 hoplitas


La Batalla de Delio o Delium tuvo lugar a principio del invierno del 424 a.C. en las proximidades de la pequeña ciudad beocia de Delio, situada no lejos de la frontera con el Ática y en la que se halla un santuario dedicado a Apolo.Consecuencia de la invasión ateniense mal coordinada para intentar establecer una cabeza de puente en Beocia para instaurar la democracia y a la que se suma una traición, se saldará con una derrota frente a los tebanos y además indirectamente por la pérdida de sus aliados del norte de Grecia que llevará a la Paz de Nicias en la primavera del 421 a.C.

CAMPAÑA PRECEDENTE A LA INVASIÓN: INVASIÓN DE BEOCIA

Durante el verano del 424 a.C. los atenienses proyectan una operación de envergadura en Beocia, aliada de Esparta, para instaurar el núcleo de la democracia.Este proyecto comporta varios puntos:

-Invasión por tierra para tomar Delio y hacer de él un puesto avanzado fortificado.


-Invasión por mar para ocupar Sifes, ciudad de la costa norte del golfo de Corinto en el país de Tespias.


-Levantamiento de Sifas y Queronea contra la autoridad del lugar gracias a los partidarios infiltrados.


-Elemento importante para dividir las fuerzas tebanas y garantizar el éxito, es que las tres operaciones deben tener lugar al mismo tiempo.



El mando de la operación marítima es confiado a Demóstenes, mientras que Hipócrates dirige la fase terrestre.



CAMPAÑA NAVAL



Durante el verano del 424 a.C., de regreso de Megáride, Demóstenes iza velas con 40 navíos hacia Naupacto, base naval ateniense que controla la entrada del golfo de Corinto, para reclutar fuerzas, luego hacia el país de los agreos cerca del golfo de Ambracia, (oeste de Grecia) para hacerse aliados y reunir también allí refuerzos. Esto hace que el convoy ponga rumbo a Sifas pero, por un incomprensible error de fechas, se presenta delante de la plaza con antelación, no habiendo Hipócrates alcanzado aún Delio.


Además, el proyecto es denunciado por un focidio, Nicómaco, lo que permite a los beocios ocupar Sifes y Queronea para el envío de tropas antes del comienzo de las operaciones atenienses. Demóstenes no consigue ningún resultado de sus objetivos.



CAMPAÑA TERRESTRE



Hipócrates se apresura en Atenas a reunir sus tropas y toma una medida excepcional integrando en una leva general además de ciudadanos, a metecos y los extranjeros presentes en la ciudad.

Cuando a principios de noviembre del 424 a.C., Hipócrates alcanza Delio y se instala allí, las fuerzas beocias habían dejado ya Sifas y habían marchado sobre él.


Durando cinco días utiliza el ejército para fortificar Delio haciendo cavar un foso alrededor del santuario y del templo y elevar una muralla hecha de un terraplén de tierra mezclada con piedras, ladrillos y ramas y coronado de estacas. Mientras la operación se concluía, Hipócrates vuelve a enviar el ejército hacia el Ática, los hoplitas se detienen a diez estadios de Delio para esperarle, la mayoría de las tropas ligeras prosiguiendo hacia Atenas y él mismo que se retrasa hasta el santuario para rematar las fortificaciones y organizar la guardia.


Es durante estos días que las fuerzas tebanas procedentes de Sifas llegan a Tanagra y se reúnen allí con todas las fuerzas venidas de Beocia. Enterado de que las tropas atenienses se preparan a volver al Ática. Pagondas, beotarca tebano al mando, exhorta a cada contingente y a su jefe quienes son de la opinión de dejar partir a los atenienses, (están en la frontera y a punto de dejar el territorio beocio).



DESARROLLO DE LA BATALLA



Habiendo convencido a los otros beotarcas, Pagondas pone inmediatamente en marcha el ejército hasta una posición cerca de las tropas atenienses, desplegadas en línea de combate y ocultadas por una colina. La falange de 7000 hoplitas beocios se compone en el ala derecha de tebanos y pueblos asociados; el centro es ocupado por las tropas provenientes de Haliarto, Coronea, Côpes y de ciudades vecinas; en el ala izquierda se sitúan los combatientes de Tespias, Tanagra y Orcómeno.


Los tebanos están organizados en 25 filas, profundidad inhabitual y que será la marca de su falange. 1000 caballeros, 10000 guerreros de infantería ligera y 500 peltastas prolongando las alas. Se piensa que estos contingentes, muy importantes, representan alrededor de los 2/3 de las fuerzas de Beocia.


Hipócrates, estudiando la aproximación tebana, manda a sus hoplitas tomar sus posiciones de combate y los reúne poco después, dejando sobre el lugar 300 jinetes para guardar el fuerte y eventualmente intervenir en el combate. Esta fuerza no podrá ser utilizada, pues los tebanos sitúan en las proximidades del santuario tropas que la bloquean en el fuerte. Hipócrates intenta arengar a su ejército de 7.000 hoplitas alineados en ocho filas y cerca de 1 000 jinetes quienes flanquean las alas (las tropas ligeras, para la circunstancia mencionada más arriba, son escasas), pero no tiene tiempo más que de recorrer la mitad del frente cuando aparecen los beocios en lo alto de la colina.


Los adversarios avanzan, pero la presencia de torrentes (la acción se desarrolla al principio del invierno), sobre los costados bloquea las alas de cada ejército y solos, los centros entran en contacto. Toda la mitad izquierda del frente beocio es hundido y algunos contingentes, en particular los de Tespias, pues sus vecinos han retrocedido, se encuentran cercados y masacrados por los atenienses. En cuanto al ala derecha, gracias al empuje de las 25 filas tebanas, doblega al enemigo. Pagondas, viendo su ala izquierda en dificultad, hace pasar al abrigo de las miradas dos escuadrones de caballería detrás de la colina para apoyar este lado. Su aparición repentina sobre la línea de cresta desconcierta al ala victoriosa ateniense que se asusta, que piensa que otro ejército marcha sobre ellos, retrocede, después huye, imitada por el resto del ejército, hacia Delio, Oropos o el Parnés. La caballería beocia, apoyada por la de Lócrida que acababa de llegar al teatro de operaciones, se lanza en persecución de los fugitivos y los masacra, pero la caída de la noche permite a la mayoría de éstos escapar. Hipócrates encuentra la muerte en los combates al junto a unos 1.000 hoplitas suyos. Los beocios dejan cerca de 500 hoplitas sobre el terreno. Las muertes de los otros cuerpos de tropa no están registradas.



DIAS POSTERIORES A LA BATALLA



El día siguiente de la batalla, habiendo encontrado refugio las tropas atenienses en Delio u Oropos embarcan y vuelven por mar al Ática, dejando una guardia en estos puestos. Los beocios levantan un trofeo, se llevan a sus muertos y dejan una guarnición en el lugar de la batalla antes de volver a Tanagra.Se envía un heraldo a los atenienses para resolver la cuestión de sus muertos: han violado el santuario, lugar sagrado, fortificándolo y utilizando su agua reservada a las abluciones rituales para un uso corriente, por lo tanto, deben dejar los lugares. Esta es la condición para recuperar a sus muertos.Los atenienses argumentan que:


-referente al santuario, no tienen reproches que hacer: puesto que ocupan los lugares, es pues su territorio el que está en cuestión.


-Para el agua, estas son las circunstancias (y de los tebanos), que les han dictado este uso.


-Reclaman sus muertos por medio de una tregua, como es costumbre en Grecia, y no bajo la condición de una retirada del santuario.


La respuesta beocia está en la misma línea de juegos dialécticos y las negociaciones quedan sin resultado.
Ante estos hechos, las tropas beocias, habiendo recibido refuerzos de 2000 hoplitas corintios, de arqueros y honderos venidos del golfo Maliaco, así como de una guarnición peloponesia procedente de Nisea, se deciden a atacar el campo ateniense del santuario. Después de varios asaltos infructuosos, los beocios construyen una máquina destinada a proyectar llamas y restos incandescentes hacia las murallas, que en parte están hechas de madera.


El fuerte es tomado 16 días después de la batalla; algunos defensores son muertos y 200 son hechos prisioneros, pero el grueso de las tropas llega a embarcar y a escaparse.Habiendo retomado el lugar, los beocios devuelven sus muertos a los atenienses sin otra condición.Poco después, Demóstenes intenta un desembarco en Sición pero es rechazado y perseguido por mar donde sufre algunas pérdidas.



BALANCE DE LA BATALLA



Este proyecto ateniense apuntaba, incluso aunque todos los objetivos no debieron ser alcanzados, a poner en Beocia el germen que llevaría a esta región hacia un régimen democrático, y se saldó con un fracaso completo del que pueden ponerse en evidencia algunos puntos:


-Indiscreción, que conduce a una traición que impide el levantamiento de las ciudades por la presencia de tropas en los muros.


-Mala coordinación en el tiempo debido a un error inexplicado que arruina finalmente las posibilidades de éxito de la campaña terrestre, permitiendo a los beocios mantener el ejército en un solo grupo que se ocupa sucesivamente de Demóstenes y de los rebeldes de Hipócrates.


-Puesta en evidencia de lagunas en el entrenamiento colectivo y la disciplina de las tropas atenienses que se ven desconcertadas, aunque victoriosas, por la aparición de la caballería beocia en su retaguardia.


-Puesta en evidencia de la debilidad de la falange incapaz de maniobrar en orden y rápidamente con arreglo a las circunstancias y que no puede hacer frente a un ataque en su retaguardia.


Además, los atenienses, en su proyecto en Beocia, no prestan atención a los movimientos de Brásidas y de su ejército que atraviesa al mismo momento Tesalia en dirección a Tracia para conseguir la defección de las ciudades del norte de Grecia, aliadas de Atenas, campaña durante la cual acumula varios éxitos que dan un gran golpe a los intereses de Atenas en esta región, y que permite ver el amplio alcance de esta campaña trágica en Beocia.